diumenge, 14 de desembre del 2014

Necesitamos ser más: Ahora es la hora de sumar, per Eduardo Reyes

OPINIÓ
 Eduardo Reyes

Eduardo Reyes

President de +SUMATE.

Divendres, 12.12.2014 17:00h

Necesitamos ser más: Ahora es la hora de sumar





Hace año y medio inicié una aventura que me llevó a impulsar un proyecto como Súmate. No estuve solo; Súmate se compone de muchísimas personas, de toda Cataluña, que todos estos meses se han dedicado a entregar ganas, esfuerzos y el tiempo que no tenían, trabajando incansablemente con un claro objetivo: sumar, sumar y sumar cada vez más gente para construir juntos un nuevo país.

La aparición de Súmate fue recibida con alegría, por esperada, por unos; pero también con sorpresa (incluso escepticismo) por parte de otros. Algunos, de un lado y otro, se quedaron atónitos al descubrir que se reclamaban protagonistas del proceso que vive hoy Catalunya mucha gente que se siente plenamente catalana, tanto o más como los nacidos aquí, sin dejar por ello de sentirse también plenamente españoles. Sin complejos. Es precisamente lo que reivindicamos: que es perfectamente compatible la catalanidad y españolidad de gran parte de la sociedad catalana, sin que ello genere ningún tipo de conflicto, y defender al mismo tiempo la necesidad de cambiar un marco político, el español, que ha demostrado estar completamente agotado, para construir un nuevo país. No luchamos en contra de nada ni nadie; luchamos para construir, entre todos, un nuevo proyecto que permita cambios y reformas que son imposibles dentro del sistema español, y que son imposibles de conseguir de otra manera. Durante todo este tiempo hemos intentado hablar con mucha gente.
Hemos llamado a la puerta de todo el mundo: partidos (todos), sindicatos, asociaciones de vecinos... (algunos, como Mariano Rajoy, Susana Díaz o Pedro Sánchez, siguen sin querer escucharnos). Hemos hablado con desconocidos, con nuestros vecinos, con nuestros familiares, con nuestros amigos; hemos realizado más de 500 charlas por todo el territorio, repartiendo cientos de trípticos en las calles, campañas para llegar a medio millón de hogares, vídeos... Y lo más importante: hemos escuchado mucho. Porque la mejor manera de hacer llegar nuestras razones y nuestros motivos es simplemente escuchar los miedos y las dudas de nuestra gente. Porque sus miedos y sus dudas son y han sido las nuestras. A todos nos preocupan las situaciones que vivimos, que compartimos, y todos necesitamos encontrar juntos una solución. Esa solución dependerá exclusivamente de nosotros, porque Catalunya será lo que los catalanes queramos que sea. Democráticamente en las urnas, que es donde se expresan las mayorías, silenciosas o no. Recuperando la soberanía que como ciudadanos nos han arrebatado. No hacemos otra cosa que lo que ya hicieron nuestros padres, nuestros abuelos, o nosotros mismos, cuando tomamos en su día la importante (y dura) decisión de abandonarlo todo — hogar, familia, la tierra donde nacimos, buscando un futuro mejor.
En Catalunya lucharon y trabajaron sin que nadie les regalara nada, y hoy Catalunya es como es, en gran parte, gracias a todas estas personas. Nadie puede discutir su catalanidad, sin que tuvieran (tuvieramos) nunca necesidad de renunciar a ser lo que somos, tambien a nuestra identidad, nuestras raíces o nuestra lengua. Porque Catalunya es una tierra de suma. Hoy, como entonces, se nos presentan grandes retos y decisiones importantes. Hoy somos nosotros padres, o abuelos, y nos toca luchar por el futuro de nuestros hijos y nietos. Tenemos que seguir construyendo Catalunya entre todos. Es nuestra, es de nuestros padres y será la de nuestros hijos. Y queremos dejarles un país mejor, un país que funcione, un país que merezca la pena y del que puedan sentirse orgullosos. Un país que garantice su bienestar, más justo y más democrático. El Estado español ya no nos puede ofrecer todo eso. Estamos viendo como, día a día, caminamos hacia una involución aterradora.
Padecemos una situación fiscal injusta, con déficits de inversión crónicos por parte del Estado. Las desigualdades se van acrecentando mientras van reduciendo cada vez más el estado del bienestar. El sistema institucional y político, aquí y allí, da muestras de una podredumbre y corrupción insólitas. La democracia y las libertades se ven cada vez más limitadas, vulnerando la separación de poderes o con leyes completamente retrógradas como la 'Ley Mordaza', mal llamada de Seguridad Ciudadana. Y lamentablemente es imposible que se lleven a cabo las reformas que acaben con todo ello. Seamos realistas: el mecanismo de reforma constitucional hace honor al 'atado y bien atado', por muchas ofertas que nos quieran vender a última hora. En Catalunya nos hemos puesto en marcha.
El 9N representó la culminación de un proceso destituyente, que plantó cara a todo ese sistema agonizante y lo superó. Ya no valen Tribunales Constitucionales cuestionados, partidistas y parciales. Ya no valen amenazas ni discursos del miedo. Porque la gente ya no tiene miedo. Es el momento de iniciar el proceso constituyente que conduzca a construir un país diferente, esa otra España con la que soñabamos muchos, esa España que no nos han dejado hacer. De las dos Españas, la que siempre ha perdido. Eso es Catalunya: ahora solo depende de nosotros. La independencia no es un capricho, ni un cambio de bandera, ni es la solución mágica de nada. No es el objetivo ni el punto de llegada; es el punto de partida. Es el instrumento que permitirá construir de nuevo, intentando esta vez no repetir errores. Y si los cometemos, seremos los únicos responsables, siendo dueños de nuestros errores y de nuestros aciertos. Y la independencia no es dar la espalda a España, ni renunciar a nuestras raíces y a nuestra identidad. Seguiremos siendo solidarios, algo que ha demostrado siempre Catalunya. Pero conseguiremos cambiar la relación actual de sumisión por una de igualdad y respeto. De tu a tu, trabajando juntos.
Es imprescindible por ello convocar elecciones e iniciar una nueva etapa. El 9N los ciudadanos, la sociedad civil y los partidos políticos trabajamos juntos por un mismo objetivo, desde la pluralidad y la transversalidad. Necesitamos esa unidad de acción, y abandonar debates estériles sobre las formas, en lugar de ir al fondo: el objetivo. El formato para llegar no será más que un medio, y no se debe optar por aquel que genere tensiones y aleje potenciales apoyos, sino por aquel que consiga sumar más, a todos, en el mismo objetivo, y que ayude a obtener y aglutinar una mayoría clara y plural de ciudadanos a favor del proceso. La gente está esperando que les escuchen y que les den respuestas. Si no lo hacemos nosotros, podemos perder la oportunidad. No nos encerremos, no perdamos más tiempo ensimismados entre los que ya estamos, entre los convencidos, entre los que lo tenemos claro. Necesitamos ser más: ahora es la hora de sumar.

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